martes, 24 de agosto de 2010

la soledad

     LA SOLEDAD


Marco se ha marchado para no volver,
el tren de la mañana llega ya sin él,
es sólo un corazón con alma de metal,
dad.
Su banco está vacío, Marco sigue en m
en esa niebla gris que envuelve la ci
uí,
le siento respirar, pienso que sigue aquí,
nes y un solo latir.
uizá si tú pi
Q
ni la distancia enorme puede dividir
dos coraz
oensas en mí,
si a nadie tú quieres hablar,
si tú te escondes como yo.
uerte contra tí
la almohada y
Si huyes de todo y si te vas,
pronto a la cama sin cenar,
si aprietas
f te echas a llorar
si tú no sabes cuanto mal
te hará la soledad.
fotografía
Miro en mi diario tu
nglés y matemáticas.
Tu padre y sus
con ojos de muchacho un poco tímido.
La aprieto contra el pecho y me parece que
estás aquí, entre
iconsejos, que monotonía,
por causa del trabajo y otras tonterías,
te ha llevado lejos sin contar contigo,
e olvidar,
no es nada fácil, la verdad
te ha dicho: "Un día lo comprenderás".
Quizá si tú piensas en mí,
tando sólo
con los amigos te verás,
tr
a
d,
en clase ya no puedo más,
y por las tardes es peor,
, por tí,
mi pensamiento va.
no tengo ganas de estudia
r
ntre los dos,
este silencio en mi interior,
Es imposible dividir así la vida de los dos,
por eso, espérame, cariño mio...conserva la ilusión.
a soledad
L
eesa inquietud de ver pasar así la vida sin tu amor.
Por eso, espérame, porque
esto no puede suceder,

es imposible separar así la historia de los dos


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